lunes, 27 de septiembre de 2010

S

Soy sólo un ser silencioso. Suelo ser solitario, sé sentir en secreto, soñar sin sosiego, sentado en la sombra de un sauce sin la sensación del tiempo.
La soledad sostiene mi silueta, se sacia con mis sueños sobrios, y se sienta serena en el sol de las seis.
Sospecho que sólo soy una sombra sobreviviendo en la luz
Supongo que soy sólo un suspiro que salpica soledad,
Que si supiera saber sabría, que sólo sabe suponer, y sueña en silencio sus suposiciones

Florecimiento

Bajo volubles gaseosas blancas, pasa al ritmo de un invento, una fusión de formas y de colores, de principios y finales, de florecimientos…
Ahí asediadas por la muerte, se mezclan todas las formas, llenando una minúscula circunferencia que flota.

Raindrop Prelude

Suena un piano. Las notas agudas, las graves, e incluso, los silencios, llenan el espacio como agua que lentamente se adapta a un recipiente. Cada sonido es una gota que desbarata, que forma un río, y mientras crece, le sigue la pista al mar.
Sigue su cauce sin detenerse, nace del vacío de donde todo es posible, se queda, se adapta, se escurre y se disuelve en el lienzo del espacio.
Hay demasiada vida el agua, demasiado ritmo.
Se evapora y viaja hasta las nubes, vuelve a caer, vuelve a correr; vuelve a volar, se hace aire, se hace cielo, y finalmente se funde en el mar.
Ni el agua, ni el río, ni Heráclito, podrán ser nunca los mismos.
Nadie permanece.
Sólo hay movimiento en movimiento, sólo agua en el agua, sólo adaptación al recipiente, sólo moléculas que se transforman, y el tiempo canalla seguirá siendo incansable y el pasado, pasado.


Las gemelas de junio


Hoy no sé muy bien cuál soy. Si la que escribe, o la que juzga las letras, la que analiza los juicios, o la que pretende; la que descansa, o la que cree que encuentra lo que necesita.
            No sé si soy la que se frustra o la que tiene miedo, la que es valiente, la que disfruta y se aprueba, o la que desaprueba todo.
No sé si la que apenas sabe que tiene corazón, o la del corazón desbocado;  la que piensa dos veces, o la que se arrepiente, la que tiene comezón en el ojo, o la que quiere llorar.
 No sé si busco un refugio o si huyo,  si tengo certeza o si dudo, si me entiendo o me ignoro.

Vivo mientras vivo, lucho con la que soy, con lo que quiero, con lo que no puedo; con lo que puedo, con lo que no quiero, con lo que no soy.
            Si huyo, lo hago sin éxito pues huir de si es imposible.
 Lucho por alcanzarme, por devolverme, y a veces para borrarme.
 Lucho contra las ideas, pues eso es lo que es todo, ideas.

domingo, 26 de septiembre de 2010

En el paraíso

Transcurría un día normal en el paraíso (exclusivo spa amurallado separado del resto del caos, que es el mundo) Eva hacia su cotidiana caminata mientras Adán, estrenaba el juego de Xbox en el que un hombrecillo sin ropa evitaba a toda costa la suculenta manzana.
Eva andaba desnuda, dejando que su cuerpo deleitara los sabores, olores, y brisas de la naturaleza que la rodeaba. Había vendido sus sentidos a los placeres, queriendo ignorar el agujero negro que crecía debajo de su ombligo.
No siempre había sido así, en otros tiempos, el agujero negro había sido una alberca de estrellas. No siempre había existido la necesidad de caminar para espantar las dudas con colmillos de serpientes; mientras Adán inflaba su barriga con cerveza, tronándose las neuronas frente a una pantalla de plasma.
Adán también recordaba aquellas épocas en las que Eva no leía revistas de moda, ni veía los dvds de Cindy Crowford haciendo pilates. La cotidianidad había llegado al paraíso con sus murallas, su tedio y su grisáceo color. .
Eva fue quien tomó la iniciativa, y aquel día tranquilo llamó a la hotline del cielo. En el auricular se puso un ángel padrote que al percibir la lujuria y la cartera de la dama se presentó aceitado en el paraíso.
Se escondieron bajo un árbol de manzanas para que Dios nos los viera, y sin culpa se quitaron hojas y túnicas, saboreando la traición a las buenas costumbres celestiales.
Adoptaron todas las formas posibles y aquel agujero negro, volvía a llenarse de estrellas, de piedras volcánicas.
Otro día, tranquilo y cotidiano en el que Adán jugaba Nintendo y Eva fornicaba con el ángel, quiso Dios tranquilizar su conciencia (llena de fracasos, crueldades y anti depresivos) y fue a pasear su perro salchicha a su predio, sólo para darse cuenta que aquella mujer, creada de una costilla, rodaba entre los árboles abajo de uno de sus mensajeros. Mientras Aquel primer hombre de arcilla desaparecía en el pantano de la rutina.
Casi sin poder creerlo, Dios sacó Adán de su sillón, lo perdonó por aburrido, lo puso a dieta, le quito años de encima, le pagó un psicoanalista y lo mandó a la tierra con todos sus instintos desarrollados pero también desfasados de su raciocinio.
A Eva también la castigó y después de penetrarla, tratando de durar más de cuatro minutos, la mandó a la tierra, con la condena de parir con dolor y en cada luna, vaciar, la alberca de estrellas rojas.

HUMO


La vida se funde en el tiempo y el tiempo siempre se va, efímero y pasajero como el humo de un incendio.

Se quema un corazón, se quema un pensamiento, se quema también la memoria de los cuerpos; se prende la nostalgia y mientras todo arde reina en la atmósfera un silencio.

Se burla el fuego, se ríe, llena los espacios con su fuerza, desbarata los recuerdos, desocupa; derrumba la solidez de los apegos, la solidez de la ignorancia. El calor, el aire, y las pacientes manecillas se van llevando lo que ya sobra, limpian el alma y traen nuevas posibilidades mientas en el espacio vacío, el humo baila, baila, baila, hasta desaparecer.

Insomnio Felino


Llegó la madrugada y me encontró despierta, dando vueltas en el colchón, cual tortilla en el comal. Llevo un rato sin poder pegar el párpado para despedirme de la vigilia, y es que afuera, aprovechando el amplio hierbajal, están unos amantes, que más que el amor, parecen estar haciendo ritos paganos.

Hay más de un macho, lo sé por los fuertes sonidos que reproduce su libido, su lujuria, su instinto, y sospecho que la hembra es la que aquí come y aquí duerme, cuando no toca.

De acuerdo no estamos en posición de negar que no sea bonito follar a sus anchas bajo la escasa luna, pero esos espeluznantes ruidos de ánima hambrienta y de bebés en purgatorio, no son el mejor soundtrack para el descanso.

Es de mal gusto revolcarse con demasiados watts frente a testigos sonoros, pero ¿Cómo explicar a estos hedonistas que no hablan humano, ronronean, gimen y maúllan?

Me lleno de preocupación, ¿Qué clase de zánganos se están tirando a la Catri?, tan de abolengo felina, ¿En que clase de orgía está su majestad? ¿Estará siendo precavida? ¿Lo estará gozando?, y sobretodo ¿Qué voy a hacer con los gatitos?, las Whiskas subieron, y el barrio está sobre poblado. Jesuscraist.