domingo, 26 de septiembre de 2010

Insomnio Felino


Llegó la madrugada y me encontró despierta, dando vueltas en el colchón, cual tortilla en el comal. Llevo un rato sin poder pegar el párpado para despedirme de la vigilia, y es que afuera, aprovechando el amplio hierbajal, están unos amantes, que más que el amor, parecen estar haciendo ritos paganos.

Hay más de un macho, lo sé por los fuertes sonidos que reproduce su libido, su lujuria, su instinto, y sospecho que la hembra es la que aquí come y aquí duerme, cuando no toca.

De acuerdo no estamos en posición de negar que no sea bonito follar a sus anchas bajo la escasa luna, pero esos espeluznantes ruidos de ánima hambrienta y de bebés en purgatorio, no son el mejor soundtrack para el descanso.

Es de mal gusto revolcarse con demasiados watts frente a testigos sonoros, pero ¿Cómo explicar a estos hedonistas que no hablan humano, ronronean, gimen y maúllan?

Me lleno de preocupación, ¿Qué clase de zánganos se están tirando a la Catri?, tan de abolengo felina, ¿En que clase de orgía está su majestad? ¿Estará siendo precavida? ¿Lo estará gozando?, y sobretodo ¿Qué voy a hacer con los gatitos?, las Whiskas subieron, y el barrio está sobre poblado. Jesuscraist.

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